El bozal
hace 4 años
¡Queremos desestigmatizar el bozal! y lo queremos hacer en muchos sentidos; como el bozal en la mayoría de los casos es percibido como algo negativo vamos a empezar por las cosas y puntos positivos de este accesorio que puede marcar una diferencia en momentos muy concretos de la vida de un perro.
Deberíamos considerar el bozal como un accesorio más para nuestro peludo.
Sí, tal cual, como la correa, el collar o arnés, el comedero... El bozal también tiene su función y no es la de castigar ni la de ser usado únicamente por perros agresivos ¡dejemos ya esas falsas ideas¡
Argumentos para usar el bozal
El veterinario, por muy bueno que sea tu perro y aunque nunca jamás haya mostrado una conducta agresiva, si por desgracia un día tiene que acudir de urgencia con mucho dolor, le tendrás que poner un bozal.
¡Se lo debes poner por seguridad! por la suya y por las personas que tengan que manipularlo o sostenerle en ese momento. Y no te lo decimos porque amemos a los bozales sino porque a cualquiera que le duela algo mucho si se lo tocan tiene una reacción irracional: "hacer que el dolor pare y que no le toquen la zona" y los perros nos lo mostraran con la boca porque es natural y es lo que deben hacer.
Otro argumento sería el transporte público o lugares públicos. Si tu perro es considerado "raza peligrosa", ya sabes que es obligatorio en ese caso.
Pero da igual, hay momentos en que cualquier perro va a necesitar llevarlo, la vida da muchas vueltas así que más vale estar preparado.
Todos los perros deberían poder llevar el bozal de una manera natural y habitual
Para nosotros debería formar parte del "ajuar" de cualquier perro. Y como todo se debe introducir/presentar al perro de una manera adecuada y amable para ayudarle a verlo como algo positivo.
Si coges a tu perro y le pones directamente esa cosa en el hocico lo primero que hará es intentárselo quitar porque le molesta o quedarse acojonado porque no entiende qué pasa.
Debemos habituar al perro al bozal igual que al collar o la correa. Paso a pasa y con refuerzo positivo hasta que lo perciba como algo normal. Se debe mantener el habito de llevarlo (si no es algo habitual en su día a día) de vez en cuando.
¿Que es un bozal?
Un bozal es un accesorio diseñado para ser colocado sobre el hocico de un perro. Su propósito principal es prevenir mordeduras y controlar que el can no ingiera alimentos o desechos peligrosos durante los paseos. Aunque su uso es a menudo malinterpretado, en realidad es una herramienta de seguridad tanto para el animal como para las personas y otros seres vivos a su alrededor.
El diseño del bozal varía según la necesidad y el tipo de perro. Algunos son de tipo cesta, permitiendo que el perro jadee y beba agua sin dificultad, mientras que otros son más restrictivos y solo se deben usar por períodos cortos de tiempo. La elección correcta del bozal asegura el bienestar y comodidad del can durante su uso.
Es fundamental que el bozal se asocie con experiencias positivas para que el perro lo acepte sin estrés. Para ello, se debe realizar un proceso de habituación, donde gradualmente se acostumbra al animal a llevarlo, utilizando técnicas de refuerzo positivo. Así, el perro entenderá que el bozal no es un castigo sino parte de su rutina.
En algunas regiones, el uso del bozal es obligatorio por ley en espacios públicos para ciertas razas de perros o en situaciones específicas, como visitas al veterinario o viajes en transporte público. Esta medida busca promover la convivencia segura y armoniosa entre mascotas y comunidad, evitando incidentes indeseados.
Por último, es esencial recordar que un bozal no es una solución para problemas de comportamiento canino. Mientras puede ser útil en situaciones puntuales, no reemplaza la necesidad de entrenamiento adecuado y trabajo en el manejo de conductas no deseadas, para lo cual se debe contar con la asistencia de un profesional en adiestramiento canino.
¿Cómo NO debemos usar el bozal?
¡Y este punto es importantísimo! El bozal puede inhibir una conducta, puede ser que un perro por el hecho de llevar el bozal deje de realizar una conducta por ejemplo agresiva o de comer cosas por la calle o de ladrar. PERO ESO NO SIGNIFICA PARA NADA QUE EL PROBLEMA ESTE RESUELTO.
El bozal no sirve para
Que no ladre
No muerda los muebles cuando esta solo en casa
No sea agresivo
Solucionar problemas
Además, confiar que el bozal va a solucionar cualquier conducta es un error gravísimo. Lo único que estarás haciendo es aumentar los niveles de estrés y frustración del perro y lo primero que hará cuando este sin bozal será mostrar la conducta multiplicada.
Como poner bozal a perro
Colocar un bozal a tu perro puede ser una experiencia positiva si se hace con paciencia y cariño. Antes de empezar, asegúrate de que el bozal sea de la talla correcta y esté hecho de un material cómodo. Deja que tu perro lo inspeccione y olfatee antes de intentar ponérselo, esto ayudará a que lo asocie con algo positivo, especialmente si le ofreces alguna golosina durante este proceso de familiarización.
Comienza acostumbrando a tu perro al bozal gradualmente. Ponle el bozal por periodos cortos mientras estás en casa, premiándolo con caricias o golosinas. Esto fomentará su asociación con experiencias agradables. Asegúrate de que el bozal no esté demasiado apretado pero sí bien sujeto para evitar que se lo quite con facilidad.
Al ponerle el bozal, es importante hacerlo con suavidad. Habla con tu perro en un tono calmado y coloca el bozal sin hacer movimientos bruscos. Puedes practicar el acto de poner y quitar el bozal varias veces seguidas para que tu perro se acostumbre a la rutina y entienda que no es permanente ni punitivo.
Una vez que el bozal esté colocado, realiza actividades que a tu perro le gusten, como jugar o salir a caminar, para que asocie el bozal con momentos agradables. Esto es crucial para que tu perro no vea el bozal como una restricción, sino como una parte normal de su rutina diaria que no impide que pueda disfrutar.
Finalmente, nunca uses el bozal como método de castigo. El objetivo es que tu perro se sienta seguro y cómodo, por lo que el enfoque siempre debe ser positivo. Recuerda que el bozal es una herramienta de seguridad y no un sustituto del entrenamiento adecuado en obediencia y comportamiento.
¿Cómo debe ser el bozal?
Como hemos dicho el bozal tiene que ser percibido (ahora ya por humanos) y por el perro como algo positivo, así que debe cumplir una serie de características tanto de comodidad como de bienestar para tu peludo:
- Le debe permitir beber agua
- Tiene que poder jadear correctamente
- Poder coger algún premio
- No le debe causar rozaduras ni heridas
- Tiene que ser de su talla
- No tiene que pesar
- Tiene que quedar bien sujeto y fijado
- Jamás dejes a tu perro con el bozal sin supervisión
Para que cumplan estos requisitos el bozal debe ser tipo cesta y jamás debes usar bozales de tela ya que pueden causar daño a tu querido peludo.
Las razas de perro braquicéfalas son las más sensibles al bozal, existen bozales especiales pensados para perros con la nariz chata. Os diríamos que para estas razas el bozal está desaconsejado por la gran cantidad de problemas respiratorios que tienen.
La imagen correcta del bozal
Como propietarios-guías debemos ver el bozal como lo que es: un accesorio útil para la convivencia en unos términos y aspectos concretos.
Un accesorio que ayudará a nuestro perro en situaciones que le pueden resultar difíciles, como puede ser alguna cura en el veterinario o subir a un transporte público. Es por eso que se lo tenemos que presentar con anterioridad para que no sea algo que le sume estrés.
¡Hazlo por tu perro, prevención y sentido común!
Como poner el bozal a un perro agresivo
Colocar un bozal a un perro agresivo requiere de calma y precaución. Es esencial que tanto el animal como la persona que va a colocar el bozal estén relajados para evitar aumentar la tensión. Se recomienda que esta tarea la realice alguien con quien el perro se sienta cómodo y tenga confianza, preferiblemente su propietario o un adiestrador profesional.
Antes de intentar poner el bozal, es importante desensibilizar al perro a su presencia. Esto implica mostrarle el bozal de forma gradual, permitiéndole que lo inspeccione y asociándolo con experiencias positivas, tales como premios y caricias. Este proceso puede llevar tiempo, pero es crucial para que el perro no vea el bozal como una amenaza.
Cuando llegue el momento de colocar el bozal, usa un tono de voz suave y tranquilizador y procede con movimientos lentos y deliberados. Puedes colocar un premio en el interior del bozal para motivar al perro a introducir su hocico por sí mismo. Una vez que esté puesto, asegúrate de ajustarlo correctamente, sin que quede ni demasiado apretado ni tan suelto que pueda quitárselo.
Es fundamental monitorear constantemente el comportamiento y la comodidad del perro mientras lleva puesto el bozal, especialmente si es la primera vez. Observa signos de estrés o incomodidad y, si es necesario, retira el bozal de manera segura. Nunca dejes al perro solo y sin supervisión con el bozal puesto.
Recuerda que el uso del bozal no sustituye la necesidad de trabajar en las causas subyacentes de la agresividad del perro. Busca la ayuda de un etólogo o adiestrador canino especializado en comportamiento para abordar y modificar estas conductas de forma adecuada y segura.
El bozal vuelve agresivo al perro
Uno de los mitos más extendidos en relación al uso del bozal es que este puede provocar agresividad en el perro. Sin embargo, es importante aclarar que el bozal por sí solo no induce comportamientos agresivos. La agresión puede ser un reflejo de una situación subyacente de ansiedad o miedo que no está siendo tratada adecuadamente.
La incorrecta asociación entre bozales y agresión puede provenir del hecho de que algunos perros pueden experimentar incomodidad o estrés al llevar un bozal sin el entrenamiento adecuado. Estos sentimientos negativos, si no se manejan correctamente, pueden causar un cambio en el comportamiento del animal, pero no es el bozal la causa raíz del problema.
Es fundamental entender que el bozal debe ser introducido al perro de manera gradual y positiva. Un proceso de habituación que incluya refuerzos positivos puede ayudar a que el perro asocie el bozal con experiencias agradables, eliminando así el riesgo de que su uso contribuya a un comportamiento agresivo.
Cuando se utiliza el bozal como herramienta de manejo en situaciones puntuales y no como una solución a largo plazo para problemas de comportamiento, se reduce significativamente la posibilidad de que el perro desarrolle una respuesta agresiva asociada a su uso. El entrenamiento conductual es esencial para abordar las causas subyacentes de la agresión.
Por último, es crucial destacar que el uso responsable del bozal implica no solo un correcto proceso de adaptación, sino también el monitoreo constante del bienestar del perro mientras lo lleva puesto. Un bozal bien ajustado y específico para la anatomía del perro ayudará a prevenir que se sienta restringido o ansioso, evitando así aumentar el riesgo de comportamientos agresivos como resultado de su uso.
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